Han pasado unos días desde el estreno del episodio de Black Mirror de Miley Cyrus, pero la mente de muchos fans todavía está dando vueltas. La historia es a la vez fresca y familiar: nos presentan a una estrella del pop llamada Ashley O. (Cyrus), cuyas canciones son tan brillantes y caprichosas como su peluca púrpura neón. Pero debajo de las sonrientes apariciones en la prensa y las canciones pegajosas, hay una mujer muy insatisfecha con su vida. Desea desesperadamente cambiar su imagen y sonido, pero siente la presión de su tía/manager, Catherine, para permanecer igual. Así que el equipo de Ashley le da píldoras (ilegales) para equilibrar su estado de ánimo y, esencialmente, controlarla. Eventualmente, ella se da cuenta de lo que están haciendo, pero sus esfuerzos por liberarse terminan en horror.
No se puede decir mucho más sin revelar los principales spoilers. Míralo por ti mismo para ver lo que quiero decir. Y cuando termines, me pregunto si estarás pensando en lo que muchos piensan ahora: el episodio de Cyrus se siente muy similar al movimiento #FreeBritney en las redes sociales.
En el centro de #FreeBritney hay una superestrella del pop muy similar a Ashley O. No sabemos cómo se siente Britney Spears con respecto a su música o imagen, pero sí sabemos de entrevistas anteriores que ella encuentra que los parámetros de su tutela son limitantes. «No siento que [mi vida] esté fuera de control. Siento que está demasiado en control», dijo durante su documental de 2008 MTV Britney: For the Record. «No hay emoción. No hay pasión. Es como el Día de la Marmota todos los días». La escena se vuelve familiar mientras ves a Cyrus en Black Mirror, específicamente cuando su personaje mira por la ventanilla del auto en un bar grunge donde quiere actuar. En vez de eso, está vendiendo estadios.
Lo que Ashley O. y Britney Spears tienen en común es un intenso deseo de rebelarse ante circunstancias aparentemente ineludibles.
«Cuando les digo lo que siento, es como si me escucharan, pero en realidad no me escuchan», dice también Britney en For the Record, comparando su situación con la prisión. «Incluso cuando vas a la cárcel, sabes cuando es hora de salir». No tengo ninguna duda de que Ashley O. tiene sentimientos similares en Black Mirror. Tanto ella como Spears están confinadas a las expectativas que el mundo tiene para las mujeres en el pop: ser afable, bella, agradable, tranquila y, sobre todo, maleable.
Para ser claros, los paralelismos entre #FreeBritney y Ashley O. son pura coincidencia. El movimiento comenzó meses después de que Black Mirror terminara el rodaje; a menos que los showrunners sean psíquicos, no hay forma de que pudieran haber predicho que una situación de la vida real se asemejaría tanto a uno de sus episodios.
Dicho esto, no creo que sea una coincidencia que estemos viendo la historia de Ashley O. ahora. Su situación es, en todo caso, una versión muy exagerada de Spears. Tal vez ver este episodio de Black Mirror hará que las personas examinen cómo tratamos a las mujeres en la música. No son máquinas u objetos para hacer dinero para nuestro entretenimiento, sino seres humanos que merecen la libertad, en la forma que sea necesaria.
Al final del día, realmente no sabemos qué está pasando, pero me alegro de que el episodio de Black Mirror de Cyrus exista. Solo espero que Spears se sintonice para verlo.
Fuente: Glamour – Traducción/Adaptación: britneyonline.org